jueves, 21 de enero de 2016

Enfermedades Causadas por Tocar Mal el Piano

Enfermedades causadas por tocar mal el Piano




















A finales del Siglo XIX las enfermedades profesionales de los pianistas llegaron a ser tan frecuentes, que muchos de los profesores tuvieron que cambiar su metodología de enseñanza, abriendo en ella el espacio para el conocimiento anatómico de las manos.
Ludwing Deppe (1828-1890) y sus colaboradores, fueron los primeros en hacer un intento de fundamentar la teoría de tocar el piano tomando en cuenta la anatomía y fisiología.
Las lesiones profesionales de los músicos van desde laceraciones en la piel, en los sitios donde el instrumento hace contacto con el cuerpo como los labios, el mentón, la boca y la cara interna del muslo; llegando hasta las lesiones osteoarticulares o musculares. En el caso del pianista, las lesiones osteomusculares resultan de los movimientos repetitivos que son consecuencia de periodos prolongados de estudio, ejecución o de la dificultad del repertorio estudiado.
Distonía focal, también es llamado calambre del músculo, es un desorden que puede tener consecuencias graves para el pianista. Los síntomas son pérdida progresiva del movimiento de uno o más dedos mientras se ejecuta el instrumento, trastornos de la coordinación, calambres y dolor en el segmento afectado.
Tendinitis, es la inflamación localizada en el tendón y su vaina sinovial, que produce dolor a la movilización activa o pasiva del músculo correspondiente.
Epicondilitis, también llamada “codo de tenista”, es una inflamación de las inserciones musculares en el epicóndilo lateral del húmero, que aparece por exceso del uso de los músculos flexores-pronadores.
No hay datos estadísticos, ni publicaciones al respecto, aunque son muchos los músicos, que padecen enfermedades del aparato motor. Por lo que el pianista está comprometido no sólo a conocer su anatomía, sino los males que le afectan profesionalmente para que de esta manera, sepa diferenciar sintomatologías y poder actuar de manera temprana y oportuna para su oportuna recuperación.
En tanto que para los alumnos noveles, no debe ser el profesor de instrumento quien tenga que ser el que se adapte siempre a la situación que del alumno, sino que puede ayudarle, con sus conocimientos, para que la práctica del instrumento sea más relajada y compense, en cierto modo, la inevitable tensión que producen otras actividades, y también para disminuir la tensión en los demás estudios. El violinista Abrahm Stern comenta siempre a sus alumnos que “tocar mal es difícil”. Es decir, que la postura más natural y cómoda siempre es la más correcta para tocar un instrumento.
Si un profesor trabaja con el alumno la manera de sentarse, de tomar su instrumento, así como cuestiones de relajación, respiración y distribución del trabajo, puede mejorar su rendimiento en todas las materias. Un alumno que aprende a sentarse de manera natural al piano, se sentará también de forma natural en un pupitre y en la mesa de un comedor, si aprende a distribuir el estudio de su instrumento (dedicando un tiempo a las escalas y estudios, a trabajar la afinación o la entonación, después a mejorar el repertorio) será capaz también de distribuir el estudio de las materias de la educación obligatoria.

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